En nuestra segunda ruta por la provincia de Ourense conoceremos tres nuevas zonas cercanas a Allariz que nos ofrecerán parajes singulares y nos acercarán a la importancia religiosa, económica, cultural y social que han tenido estos territorios durante diferentes etapas históricas. Nuestra primera parada será Vilar de Santos para posteriormente dirigirnos al municipio de Celanova, donde visitaremos su monasterio, su hermoso casco histórico, la aldea de Vilanova dos Infantes y Castromao. Cerraremos este viaje conociendo el Aquis Querquennis de Bande y dándonos un agradable baño en las termas romanas que tiene a escasos metros.
Vilar de Santos
Vilar de Santos es un municipio que sirve de unión entre la llanura de A Limia, visible tras la desaparición de la laguna de Antela, y el macizo montañoso que la une con el concello de Allariz. Su territorio forma parte de la Reserva de la Biosfera ‘Área de Allariz’, reconocida por la Unesco en el año 2005, gracias a un paisaje diverso que incluye zonas de cultivo intensivo y otras boscosas de gran belleza.
El potencial paisajístico de Vilar de Santos invita a aprovechar al máximo su naturaleza. El municipio cuenta con tres senderos perfectamente señalizados que nos llevarán por parajes escondidos de gran belleza. Muchos tramos son por pistas que, debido a su llanura, se convierten en idóneos para recorrer en bicicleta. Los senderos señalizados se corresponden con los de O Ruxidoiro, Castelaus y Parada. En esta web se puede encontrar más información sobre sus características, distancia o dificultad.
Otro de los lugares de obligada visita en Vilar de Santos es el Museo Etnográfico da Limia, situado en el núcleo principal del municipio. Es sin duda una pinacoteca especial porque los guías son los propios vecinos del pueblo, que hablan sobre su propia vida y aquellos objetos que utilizaron durante la misma. Dividida en cinco bloques o áreas temáticas, este museo etnográfico ofrece una visión sobre ‘O mar da Limia’, con la desecación de la Lagoa de Antela como gran protagonista de la evolución de la comarca en las últimas décadas; ‘O mundo rural’, en donde realiza un recorrido por la vida y las costumbres de los habitantes de esta zona entre los siglos XVIII y XX, así como su pasado con el sobrenombre de granero de Galicia debido a la gran cantidad de centeno, maíz y trigo que producían; ‘A vida na casa’, con la recreación de las antiguas viviendas de la zona; ‘O liño’, donde se concentran los útiles y tareas alrededor del lino, cuyo cultivo significó una importante base socioeconómica en A Limia hasta la crisis de producción del siglo XIX; y finalmente ‘Os oficios’, donde se recrean los talleres de oficios artesanales destacados en la comarca, entre los que aparecen los canteros, herreros, carpinteros o zapateros.
Celanova
Acercarse a conocer la villa de Celanova es sinónimo de visitar el Monasterio de San Salvador, pero también de recorrer uno de los cascos históricos mejor cuidados de Galicia o de moverse hasta lugares cercanos como Vilanova dos Infantes y Castromao para conocer un poco mejor el pasado de este territorio.
La ruta por Celanova comienza, como no podía ser de otra manera, en uno de los templos medievales más importantes del Noroeste peninsular. Se trata del Monasterio de San Salvador, fundado por San Rosendo en el año 936 y que medró gracias a los privilegios que le fue concediendo la realeza de León y Castilla década a década. El esplendor de este templo llegó a partir del siglo XVI, cuando pasó a formar parte de la Congregación de San Benito de Valladolid.
Esta etapa se cerró tras la desamortización del siglo XIX, quedando abandonado y pasando a ser propiedad del Concello de Celanova. Fue utilizado posteriormente como prisión y finalmente declarado Monumento Nacional en el 1931 y recibió el premio Europa Nostra en el 1984.
Este monasterio de Celanova es muy rico a nivel arquitectónico. Se divide en tres elementos principales: nave, espacio central y ábside. La fachada de la iglesia, terminada en el 1653, es de estilo barroco, al igual que la vecina torre de los Abades, obra que dio comienzo en el siglo XVI y que también cuenta con elementos típicos de la época barroca. La puerta principal está presidida por San Benito, flanqueado por San Torcuato y San Rosendo, situados estos dos últimos entre un par de columnas con capiteles corintios.
En cuanto a la planta de la iglesia, diseñada por Melchor de Velasco en 1661, es de cruz latina con tres naves. La central está cubierta con un artesonado pétreo y una balconada recorre todo el tejado, que descansa sobre grandes pilastras. El majestuoso retablo barroco de la capilla mayor se remonta al 1697, fue obra de Francisco Castro Canseco y en él se pueden encontrar paralelismos con el de San Martiño Pinario de Santiago.
Mientras, en el huerto del monasterio se guarda una joya también digna de visitar. Se trata de la Capilla de San Miguel, que es la capilla mejor conservada del arte mozárabe en España. Los historiadores consideran que pudo haber sido construida hacia el año 936 y sus proporciones son realmente reducidas, ya que no supera los 6 metros de altura y cuenta con 3’85 de ancho y 8’5 de longitud. Fue concebida como alojamiento temporal de los monjes que llegaban de paso al monasterio.
Pero fuera de los muros del monasterio, Celanova también cuenta con mucha historia y cultura. La villa bien merece un paseo para descubrir calles, plazoletas y rincones escondidos que harán las delicias de los visitantes. Destacan sus casas blasonadas y plazas como la Maior, la de O Millo con sus soportales o la dedicada a Curros Enríquez. Otra parada indispensable es la casa que habitó este sobresaliente poeta gallego, reconvertida ahora en un museo sobre su vida y obra a través de la Fundación Curros Enríquez. Autor clave en el Rexurdimento de la literatura gallega, en esta exposición también se pueden encontrar recuerdos de acontecimientos importantes como la llegada del tren a Ourense, la creación de la Real Academia Galega o la emigración a Cuba.
Vilanova dos Infantes
A poco más de dos kilómetros de Celanova y todavía en su término municipal nos encontramos con nuestra siguiente parada, la villa de Vilanova dos Infantes, un burgo medieval con mucho encanto que fue el escogido por los padres de San Rosendo para establecer su palacio. La Torre da Homenaxe, último vestigio de un antiguo castillo, emerge desde el centro de la población para dominarla por completo gracias a sus casi 20 metros de altura. Se conserva íntegra gracias a una reconstrucción realizada en el siglo XV. De planta prácticamente cuadrada, ya que mide 9’95 por 9’30 metros, cuenta con unos muros de 1’80 metros de grosor. Además de esta torre destacan las numerosas y cuidadas casas de piedra que se conservan en este burgo.
Hasta el año 2015, uno de los grandes reclamos de Vilanova dos Infantes era la Virxe do Cristal, también conocida como ‘A Pequeniña’ por ser una talla de reducidas dimensiones del siglo XVII. Permanecía en el santuario que lleva su nombre, pero fue robada y todavía se encuentra en paradero desconocido. Su festividad se celebra el 15 de septiembre. En cuanto al calendario festivo, también destaca todos los 17 de mayo, Día das Letras Galegas, la celebración de la Romaría Etnográfica Raigame, declarada fiesta de interés turístico.
Castromao
También a tan solo dos kilómetros de Celanova se encuentra el Castro de Castromao, un yacimiento arqueológico de la Edad de Hierro situado en un monte a unos 732 metros de altitud. Es uno de los castros mejor conservados del Noroeste peninsular y se cree que fue levantado entre los siglos VI y V antes de Cristo, manteniéndose en pie hasta la segunda centuria después de Cristo, por lo que vivió un intenso proceso de romanización durante sus dos últimos siglos de vida.
Las numerosas excavaciones e investigaciones realizadas por prestigiosos arqueólogos han sacado a la luz una importante base documental y de elementos, entre los que destacan más de 70 estructuras ocupacionales, estructuras defensivas en forma de muros de contención o murallas e incluso parte de una calle enlosada. También han aparecido elementos como el Trisquel calado de Castromao, la tábula, figuras zoomorfas o monedas del siglo I después de Cristo, que se conservan en el Museo Arqueolóxico Provincial de Ourense.
Aquellos que se animen a visitar este castro conocerán de primera mano cómo era la vida en este tipo de asentamientos en la Edad de Bronce, así como su evolución con el paso del tiempo.
Termas Romanas de Bande y Aquis Querquennis
Nuestras dos últimas paradas las llevaremos a cabo en los márgenes del embalse de As Conchas, donde podremos disfrutar de un relajante y cálido baño en las Termas Romanas de Bande y conocer el Aquis Querquennis, un antiguo asentamiento de las tropas romanas.
Las termas solo se pueden usar, habitualmente, durante las épocas más secas del año, momento en el que las antiguas bañeras emergen al descender el nivel del embalse, junto a otras pozas y piscinas. Las aguas se mantienen a una temperatura de entre 36 y 48 grados y cuentan con propiedades mineromedicinales por lo que son beneficiosas para la lucha contra las enfermedades de la piel o el reumatismo. El acceso es totalmente gratuito.
A escasos metros caminando por el margen del embalse de As Conchas encontramos nuestra última parada, el campamento romano Aquis Querquennis. Conocido coloquialmente como ‘A Cidade’, es un complejo arqueológico romano formado por un campamento y una mansión-viaria, que se estableció durante la construcción de la Vía XVIII entre Braga (Portugal) y Astorga. Los romanos necesitaban contar con varias bases campamentales y la ubicación del Aquis Querquennis resultó ser un lugar idóneo por su estratégica localización y por el descubrimiento de la existencia de aguas termales, que los romanos aprovechaban tanto desde el punto de vista lúdico como terapéutico.
Declarado Bien de Interés Cultural en el año 2018, el campamento estuvo habitado durante los siglos I y II después de Cristo. Atraviesa este lugar la ruta de peregrinación a Santiago de Compostela conocida como ‘Ruta da Rainha Santa’, en homenaje al viaje realizado por Isabel de Portugal en el siglo XIV.
Si queremos conocer todavía más a fondo cómo se produjo el asentamiento de este campamento romano, qué función desarrollaba y quiénes fueron los usuarios que pasaron por el mismo, visitar el Centro de Interpretación Aquae Querquennae-Vía Nova es casi una obligación. Además, en él también podremos contemplar otras exposiciones como la que narra los avatares del pueblo galaico-romano de los Quarquernos, los habitantes de las tierras del entorno comprendido entre O Vieiro y el valle de Salas, de norte a sur, y A Limia y sierras de Santa Eufemia y Xurés, de este a oeste.