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El verano, enemigo de la alimentación saludable?

Hace algunas semanas que la nutricionista Mireya Castiñeiras nos propuso hacer una pequeña colaboración. Mireya escogió Fina Rei como empresa local que elabora sus productos con materias primas de calidad. Productos de repostería que pueden formar parte de una alimentación saludable en un momento del año, el verano, en el que es posible cuidarse y disfrutar al mismo tiempo. ¿Cómo? A continuación compartimos con vosotros un texto escrito por Mireya en el que nos habla de alimentación saludable, física, pero también mental. De relacionarnos con la comida desde un punto de vista positivo y no desde el miedo y la restricción.

Mireya Castiñeiras (Nutricionista)

Cuando pensamos en verano es probable que se nos venga a la mente una imagen totalmente contraria a lo que consideramos unos buenos hábitos o una alimentación saludable, ya que los compromisos sociales, los festejos y las diferentes reuniones propician que aumentemos la ingesta de todos aquellos alimentos que consideramos insanos. Sin embargo, debemos pararnos a reflexionar sobre lo que es para nosotros una alimentación saludable, entendiendo por esta aquella que cuida nuestra salud física, pero también mental. Desde este punto de vista, no existe una alimentación saludable si nos relacionamos con la comida desde el miedo y la restricción y dejamos de lado esa parte emocional; comer por placer también es comer saludable. Esto no significa llevarlo al extremo de comer alimentos altos en azúcares y/o edulcorantes a diario y en cantidades muy elevadas, pero sí tener una alimentación flexible en la que las frutas y verduras formen parte de nuestro día a día y en la que los alimentos que nos nutren de forma emocional estén presentes de forma consciente y podamos disfrutar de ellos sin culpabilidad.

Por tanto, el resumen de una alimentación saludable podríamos clasificarla en:

  • Incluir en nuestra dieta frutas y verduras de forma diaria.
  • Consumir los hidratos (pan, pasta, arroz) mejor en sus versiones integrales.
  • Priorizar proteínas vegetales (legumbres) frente a animales, especialmente carnes rojas o embutidos.
  • Permitirnos comer todo tipo de alimentos, pero con moderación y de una manera consciente.
  • Cuidar nuestra salud; también la mental.

Por otra parte, los riesgos de una alimentación restrictiva pueden enumerarse en una muy larga lista… Desde problemas propiamente físicos: pérdida excesiva de peso, pérdida y debilidad del cabello y de las uñas, cansancio… Pudiendo derivar con el tiempo en déficits nutricionales que deriven en patologías como la osteoporosis por la pérdida de densidad ósea o las alteraciones hormonales, entre otras.

Desde el punto de vista de la salud mental, las dietas estrictas aumentan el riesgo de vincularnos con la comida desde un punto de vista negativo, pudiendo desencadenar en los casos más graves en un trastorno de la conducta alimentaria, como es la anorexia, la bulimia o el trastorno por atracón. Dichas patologías son muy frecuentes en nuestra sociedad y deben dejar de estar estigmatizadas y pueden curarse (contrario a lo que se pensaba antes), pero necesitan de un abordaje multidisciplinar, donde la nutrición y la psicología deben caminar de la mano.

Desde este punto de vista, el verano puede ser una muy buena época para nutrir nuestra salud mental de nuevas experiencias y sabores, ya sea viajando o disfrutando de nuestros sabores tradicionales. Respecto a esta parte tradicional, contamos en Galicia con magníficas pequeñas empresas como es el caso de Fina Rei, que desde Allariz mezcla lo tradicional de la zona con la innovación, apostando firmemente por la sostenibilidad alimentaria.

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